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Tres letras

  • Foto del escritor: Ángela Fdez. de Diego
    Ángela Fdez. de Diego
  • 17 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 may 2020

Hace tiempo leí un texto de Elvira Lindo en el que reflexionaba sobre la variedad de significados de la palabra inglesa odd. Haciendo honor al idioma al que pertenece, útil por su breve y simple lingüística, odd contiene tal cantidad de acepciones que resulta una palabra abrumadora. Cómo es posible que tres simples letras puedan representar tantas cosas como para que no haya en toda la riqueza del castellano una palabra que pueda otorgarle un único y preciso significado.


Odd es un adjetivo que, lejos de adjetivar con precisión, deja tras de sí un reguero de características, curiosamente, atribuidas al femenino. Odd no debería tener género, dada su pertenencia a la lengua del autor de Macbeth. Pero odd no suele atribuirse al masculino. Tampoco las asociaciones que odd conlleva se suelen acercar a los hombres.


Odd viene a ser... peculiar, rara, distinta, no convencional, insumisa, idiosincrática, impar, mujer sin pareja. Abro mi navegador y con una rápida búsqueda sobre odd la pantalla me devuelve la traducción que me faltaba: extraña. Al escribir unas cuantas de estas seguidas nos topamos con la diversidad del idioma de Cervantes. Peculiar, rara, distinta, no convencional, idiosincrática, extraña. Muchas letras para decir lo mismo.


Quizá también pudiésemos incluir junto a ellas excepcional, inusual, insólita, original. Enseguida reparo en la perfección de odd para el diseño de un retrato. Me he dejado algunos significados para el final. Insumisa, impar, mujer sin pareja. De repente quiero pensar que odd es una palabra polisémica. No conozco el origen de odd. Pero no es polisémica. Aunque debería. Supongo que procederá de algún tiempo en que la soltería era rara y poco convencional. Tanto que no se nombraba. Te convertía en incompleta e imperfecta. En impar. En insumisa. Lo que conlleva a su vez la sumisión de los pares, en las parejas, en las mujeres con pareja.


Mujer sin pareja. Impar. Insumisa. Rara. Peculiar. Distinta.


Quiero ser así cuando sea mayor. Parece algo poderoso, divertido, incluso inquietante. Pero tengo dudas. Bastantes.


¿Se puede ser odd si eres una mujer con pareja? ¿Si tienes un "par" eres normal, corriente, usual, convencional? Encuentro "natural" entre los sinónimos de "normal". Entonces, ¿ser odd es también ser antinatural? Incluso dando por hecho el detalle que no me gustaría dar, el de la inevitable sumisión dentro de la vida en pareja, la simple existencia del otro te priva de tu pertenencia al adjetivo odd. Pero también te libra de tu consideración de bicho raro.


Qué curioso. Querer verse reflejada en una palabra que por su incongruente significado te rechaza aunque coincidas en su descripción. Supongo que son caprichos del lenguaje al que he insultado al principio de este texto. Me pasa por insumisa.


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